
Muchas veces cuando nos dicen que nos echemos una foto no le damos importancia al significado que puede tener esa imagen en un futuro. La mayoría de veces no tenemos ganas de posar ante la cámara y otras lo hacemos sin plantearnos que es un recuerdo para siempre.
Hoy os quiero hablar de una foto que ha dejado un gran significado en mi vida. Se trata de la foto en la que salimos mis dos hermanas, mi sobrina, mi madre y yo. Es una imagen con un gran significado sentimental para mí porque en ella aparecen las personas a las que más quiero, sin olvidar a mi padre, claro. Pero además ese retrato me dejó una gran huella, pues nos la hicimos un día que nos fuimos de comida familiar porque mi madre quería unirnos a todos antes de ir a Barcelona a operarse.
Ese día, todos estábamos tristes, aunque hacíamos como que no pasaba nada, y es que dos semanas antes nos habían avisado de que mi madre tenía que irse a Barcelona para ser intervenida de un tumor que tenía en la entrada del cerebro. La operación era muy delicada y tenía muy pocas posibilidades de que la cosa saliera bien, por eso mi madre que tanto huye de las cámaras quiso que nos echáramos esa fotografía para que la recordáramos siempre.
A mí ese día me marcó muchísimo, hice que mi madre un día antes de irse me llevara a un fotógrafo para que me la sacará en grande, incluso me imprimí el retrato para llevarlo siempre conmigo, no quería dejarlo lejos de mí ni un minuto y es que sentía que si lo hacia mi mamá se iría para siempre. Para mí esa imagen valía y vale “oro”. Es más, los días que mi madre estuvo ingresada antes de ser operada, yo usaba la foto como “paño de lágrimas”, en ese momento fue mayor apoyo ese “trozo de papel” que cualquier persona que pudiera estar a mi lado, pues pensaba que nunca más la iba a volver a ver, que el día en el que nos echamos esa fotografía había sido la última vez en la que íbamos a estar todas unidas.
El día que la operaron y todo salió bien pensé que la foto iba a quedar en el olvido, que ya no la necesitaba pues 15 días después si todo seguía así tendría a mi madre en casa y una imagen ya no me diría nada. Pero aunque parezca mentira, esa foto después de la intervención quirúrgica me ayudo mucho. Todas las mañanas cuando me levantaba tenía que mirarla y darle un beso para poder empezar mi día, gracias a la fuerza que me daba yo tiraba para adelante, pues no es fácil pasar tantos días sola con tu hermana pequeña en casa y tener que ser la responsable de todo. Tal vez no sea la foto en sí, sino la situación que viví, pero yo recuerdo esa imagen como un proceso que me hizo madurar, ver la vida de otra forma.
Es cierto que una vez que llega la calma tras un mal momento las cosas se olvidan y muchas veces caes en el error de hacer cosas de las que te habías arrepentido cuando llegaron los malos momentos. Pero para eso tengo mi fotografía, para acordarme de que la vida no es fácil, que hay que valorarlo todo, pues no solo cuando tememos que se vaya para siempre alguien a quien queremos mucho es cuando tenemos que tomarnos las cosas en serio. Para mí, ese papel que plasma la imagen de mis hermanas, mi sobrina, mi madre e incluso mi propia imagen, es el mayor tesoro que tengo y nunca dejará de serlo porque es una etapa que marcó mi vida.
Cada vez que la miro me hace luchar por lo que quiero, me da fuerzas para no rendirme ante nada y me hace darme cuenta de lo importante que es tener una familia unida en la que siempre puedas apoyarte. Sí, una simple imagen te puede hacer ver que esas personas son lo más importante de tu vida.
Pd: Os dejo escrito el trabajo de documentación, porque es algo que me ha pasado de verdad y lo quiero compartir con vosotros. Muchos ya lo habéis leído, pero lo dejo por si alguien quiere hacerlo.
3 comentarios:
Leti!!!estoy totalmente de acuerdo contigo tenemos que valorar más las pequeñas cosas de nuestro alrededor, y las fotografías son copias de momentos y sensaciones por lo que realmente son muy valiosas..tq!!!
Linda foto. Saludos.
El dolor es más fuerte entre los más fuertes.
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