Es una situación que llega a ser inhumana, sólo por arreglar unos papeles, en la que los ciudadanos para conseguir cita hacen cola toda la noche en la calle vigilando que nadie se les cuele. Cada día este entorno va empeorando, pues en estos últimos meses la gente está comenzando a formar las colas a partir de las cinco de la tarde del día anterior, sin moverse de ahí desde ese momento.
Todo esto provoca que el ambiente se caldee y no hay día que no se produzcan roces entre la gente, que llegan a provocar discusiones fuertes en las que se rompen las listas e incluso se agreden entre ello, verbal y físicamente. Estos conflictos afectan tanto a los que asisten para formar la fila, como a los vecinos que viven en los pisos más cercanos.
Parece mentira que en pleno siglo XXI, años de nuevas tecnologías, aún nos encontremos con estos sucesos, que nos trasladan a la edad de piedra.
¿Tan difícil es poner a una persona que se encargue de dar cita, como ya se hace en otros lugares?, tal y como está el trabajo actualmente sería beneficioso ese puesto de trabajo, pues alguien en paro lo necesita y ayudaría a establecer un orden entre los oriolanos, evitando todas esas disputas innecesarias.
Poner a una persona a cargo de dar las citas sería la solución perfecta, pero al parecer a los responsables del centro no les interesa buscar una medida que arregle ese problema común a todos. Un recurso provisional al que se podría “echar mano” sería el de poner una lista, dentro del Servef en el que la gente se vaya apuntando para acudir los días próximos, de la que algún empleado se haga cargo.
Visto lo visto, si nosotros no nos movilizamos ellos no van a hacer nada y la cosa seguirá igual, debemos reclamar nuestros derechos, pues es una falta de humanidad la que están teniendo con todos nosotros.
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